¿Cuántas veces puede bañarse en una corriente de límpidas aguas dulces, para luego chapotear en el mar?; rara vez se tiene una oportunidad así... Por suerte esta experiencia es posible en Bocas del Buritaca, un diminuto poblado ubicado a 48 kilómetros de Santa Marta y que se levanta a orillas de un increíble río, el principal intérprete de esta historia.